El escritor Guillermo Ferreyro acaba de publicar su nueva novela «El “maltrato” casi siempre es consecuencia de un Mal trato», dice el autor, quien además es distribuidor de libros independientes. «Cada vez que entregaba un libro a domicilio el recibimiento era una fiesta. Palpé el poder que tiene la literatura en la vida», relata sobre la cuarentena.
-¿Cómo surgió la idea del libro?
-Me interesó explorar las consecuencias de un acto de extrema violencia que simbólicamente libera a una mujer situación límite y la somete a infinidad de contradicciones.
-¿En qué género podrías encuadrarla?
-No es un género definido y clásico. Se monta sobre rasgos del policial negro para dejar fluir la conciencia de la protagonista.
-Los tema son duros, pero está presente el humor. ¿Con qué intención lo incorporaste?
-Las acciones extremas evolucionan a partir del lenguaje, involucran al lector mediante un recurso narrativo que genera tensión, hasta cierto ahogo. El humor, la ironía y el sarcasmo son pausas que le dan aire al texto y regulan la respiración de una lintensa.
¿Qué te gustaría que el lector encuentre en la novela?
– La apuesta es que desde la lectura cada persona participe de la experiencia, la viva en carne propia, no desde el sentido de la una aventura o entretenimiento, sino desde la incertidumbre que provoca la inequidad de género y la violencia intrafamiliar. .
-¿Por qué el título?
-La palabras son la materia prima de los pactos que realizamos en nuestras vidas. La protagonista, a partir de confundir o jugar con las palabras va descubriendo otros sentidos y devela los equívocos en el origen de sus relaciones. Concluye que el “maltrato” casi siempre es consecuencia de un Mal trato.
-¿Cómo fue el proceso de escritura de este libro?
-Encontré una voz y un ritmo que me despertaron la necesidad de explorar. Fue una suerte de conciencia narradora. Escribí de corrido siguiendo ese impulso y sin proponérmelo cada capítulo tenía una misma extensión. A. leerlo en voz alta precisaba una respiración particular. Concluí que podría seguir escribiendo de manera indefinida, de hecho, recorté muchas páginas y puse un punto final. Luego atravesó el proceso de corrección y ajuste que duró casi tres años.
-¿En tiempo s de pandemia cuál es el lugar de literatura?
-En lo personal, la literatura mantuvo su centralidad. Leer y escribir es una acción solitaria por excelencia. El encierro me resultó bastante propicio. Por otro lado, en mi actividad de repartidor de libros de editoriales independientes tuve muchas satisfacciones. Cada vez que entregaba un libro a domicilio el recibimiento era una fiesta. Palpé el poder que tiene la literatura en la vida.
-¿Cuándo supiste que querías sr escritor?
-Cuando tenía 11 años contestaba las cartas a mis abuelos y tíos españoles, mi madre apenas sabía leer. Entonces inventaba historias. No les contaba exactamente la realidad porque me parecía aburrida. Al poco tiempo empecé a leer novelas de western, algunos clásicos escolares y pensé que eso era muy parecido a lo que hacía con las cartas. Entonces soñé con ser escritor. Después de muchos años fui concretándolo.
-¿Tenés una rutina?
–Escribo y leo sin un horario fijo, todos los días. Cuando me sumerjo en un proyecto de libro, ya sea novela o cuentos, trabajo tres horas por la mañana, lo más temprano posible y tres horas a la noche, después de cenar. Cuando ingreso en la fase final me invento rutinas específicas que no suelo cumplir, pero que me generan un sentido de responsabilidad.
-¿Miedo a la hoja en blanco?
-Jamás. Es que siempre trabajé como redactor, de modo que no hay lugar para el “pánico”. Cuando no se me ocurre algo, realizo ejercicios de asociación y descarte. Siempre tengo temas pendientes, porque para mí la literatura es exploración.
-¿Cuándo te das cuenta que un libro está listo?
-Nunca. Los libros se podrían reescribir constantemente. En realidad, lo doy por terminado para no seguir corrigiendo ni agregando. Por ejemplo, en alguna reedición, terminé reescribiendo el 20 por ciento del libro. Si se reeditara, otra vez, seguro que seguiría cambiándolo.
-¿En qué género te sentís más cómodo?
-No creo en los géneros, ni en los subgéneros. Considero que la literatura contemporánea toma elementos, mezcla y combina, para encontrar el lenguaje adecuado en cada trabajo. De la misma manera hoy se conjungan disciplinas artísticas, científicas o lo que sea, según el proyecto que se esté realizando y en función de lograr el concepto.
Por Maria Helena Ripetta para Veintitres